Y por fin... CUARESMA

Un niño que reza cada noche en su cama para que llegado el momento todo salga bien...

Junta de Gobierno que se desvive por intentar que su hermandad brille más que ninguna, aunque nunca brillará una más que otra, el hijo de Dios es único en cada una de sus distintas advocaciones, en cada cofrade, en cada Iglesía y en cada resquicio semanasantero granadino... al igual que María Santísima.

Son días de espera siendo magnánima la virtud de la paciencia, sabiendo de antemano que se arrojará a la dicha plena...

Ya se siente aún más si cabe cerca... Vísperas Señor.

Aroma a incienso, cual esquina del Perpetuo Socorro una mañana cualquiera bajo la mirada atenta del santo de los pobres, cual granadino viandante por las calles, plazas, casas de hermandad y hasta por el más recóndito rincón de nuestra ciudad.

Son días en los que cualquier caricia o sentimiento no tiene la necesidad de manos o paisaje para madurarse.... Visperas Señor.

Preparativos de última hora; entrega de túnicas, papeletas de sitio, actuaciones de bandas, ensayos de costaleros, saeteros que aclaran su voz para lograr llegado el día rezarle al Padre mirándolo a los ojos, priostías en albacerías, pregones, carteles, programas de radio, conciertos...

la ciudad se llena las manos de flores, cirios, de un ir y venir de visperas de la pasión.

Tiempo de no olvidar al nazareno que vela en mano porta, mantilla empuñada a un rosario, dalmático y cada uno de las personas que hacen posible que esta maquinaria llegado el dia funcione. Tiempo de recordar cualquier tiempo pasado con amigos y hermanos.

Tiempo de recordar al monaguillo que un Domingo de Ramos dichoso corretea de arriba a abajo por su tramo pendiente del más mínimo detalle y que sin duda fue, es y será el que con más inocencia... ¡BENDITA INOCENCIA! vive la estación de penitencia con su cofradia.

Mirémonos, pensemos en cada uno de nosotros sin salir más allá de NUESTRA SOLEDAD, estos días que se avecinan los vivimos como una flor pasa la noche a la espera de abrirse al amanecer de un nuevo día, como un niño aguarda el día de su Primera Comunión, como un COSTALERO aguarda el último toque de "EL LLAMADOR" para llevar a la Gloria su devoción, como un MÚSICO recibe la levantá del paso de misterio para rezar con SONES... Son Vísperas Señor.

Cuando "LA SAETA", es aún viento sin cuerpo en la Calle Huete, notas aún por completar...

Días de frío y lluvia bajo puentes o patios de colegio, días de últimos ensayos... Son Vísperas Señor.

Dias de labios heridos, muñecas maltrechas, afinaciones de metales...

Días de imposición de medallas a nuevos hermanos...

Dias de sayones y romanos que aunque flajelen, se mofen y coronen al REY DEL REALEJO, no saben que serán aplaudidos el Martes Santo por quienes somos sus morales enemigos.

Dias en los que los doce díscipulos de SANTO DOMINGO ignoran que se sentarán por última vez contigo a la mesa.

Días en los que por Pedro cantará EL GALLO por negarte por tercera vez.

Días en los que Judas te traicione con un BESO en Santiago.

Días de fajas y costales bajo brazos, dias de traslados... COSTALEROS, quienes portamos sobre nuestra cerviz a los Divinos, costaleros, nosotros que con sones de bandas y abriendo el compás paseamos por el cielo.

Días en que nosotros los músicos sentimos la impaciencia y la ilusión de querer empezar ya, empezar a darlo todo, todo lo que sabemos, lo que poco a poco hemos ido aprendiendo y mejorando. Que de nuestros labios salgan las más dulces de las notas como si de un ÁNGEL COMENDADOR se tratase, sonido que susurra al oído, que obtengamos el mejor quiebro de corneta en el solo desgarrante sentir el metal como si fuese nosotros mismos y que el lloro de mi corneta parezca el de la misma Madre de la CONCEPCIÓN al ver a su hijo morir crucificado en el Campo del Príncipe.

Que de las muñecas del tambor salgan los mejores redobles marcando el compás para tí Señor que recorres Granad en tu paso de misterio y al igual que todos los instrumentos de las bandas que hacen posible que las marchas cofradieras hieran el Alma e inviten a la reflexión del cofrade sobre la posibilidad de un semana utópicamente interminable.

No nos olvidemos de aprovechar cada instante de los 40 días que se nos avecinan antes de dar paso a NUESTRA SEMANA MAYOR.

FELIZ CUARESMA A TODOS.

José Alberto y Nacho.